3º año B  comienza con el relato de  Cenicienta

Había una vez una señora que tenía dos hijos: una hija llamada Anastasia y un hijo llamado Roberto.

La hija era mala, rebelde y envidiosa , mientras que el varón era tranquilo, amable y muy bueno con toda la gente del pueblo.

La madre, que se llamaba Lucilda,  se aprovechó de un señor rico que estaba muy enfermo y lo conquistó para casarse .

Al poco tiempo, ese señor falleció dejando sola a su adorable hija, llamada Cenicienta.

A partir de ese momento la madrastra de la joven se adueñó de la casa y de todos los bienes.

Cenicienta ,quedando sin nada, la obligaban a trabajar como su empleada, haciendo todas las tareas de la casa.

Pasaba largas horas encerrada en la cocina .¡Pobre  muchacha se ensuciaba con ceniza! Ellos la llamaban Cenicienta burlándose de ella.

Pero Roberto , era bueno y no le gustaba lo que le estaban haciendo.

Un día llegó el cartero con una invitación para el baile real. ¡ El príncipe iba a elegir una esposa!

-¡ Genial! Iremos todos en el carruaje-dijo Roberto.

-¡No ¡ Iremos nosotros tres y tu hermana será la elegida –dijo la madrastra.

-¿Cuál de ellas? Respondió.

-Anastasia  se casará con el príncipe y tú te quedarás contando las lentejas en la cocina. Le dijo a Cenicienta.

- Madre no seas tan mala- se lamentó el joven.

Cenicienta se fue llorando mientras preparaban los vestidos y las joyas para el baile.

En su cuarto sintió unos golpes en la puerta y abrió…

Era Roberto que muy amablemente le traía un vestido rosado de su hermana y un collar de su madre para que fuera al baile.

Ella se los probó, le quedaba todo precioso, se miraba al espejo sonriendo.

Hasta que apareció Anastasia-¡Ladrona ese es mi vestido! ¡Mamá!

-¿Qué pasa querida? ¡Ese collar es mío! -Dijo enojada la señora. Y sin decir nada más la encerró con llave como castigo para que no pueda salir.

Cenicienta no paraba de llorar y Roberto no podía hacer nada.

De repente aparecieron por la ventana unos ratoncitos que la escucharon llorar.

Salió de debajo de la cama su amigo el gato Lucifer al mismo tiempo que una luz brillante iluminaba el cuarto ¡Era el hada madrina!

-Yo te ayudaré mi jovencita y serás la más bonita. Con su varita hizo pases mágicos y apareció un vestido celeste, un collar de perlas y una corona de brillantes.

Usó los ratones como caballos, el gato como chofer y una calabaza como carroza.

-No olvides que la magia se acabará cuando el reloj de las doce campanadas(le dijo el hada).

La princesa llegó al baile y el príncipe se enamoró de ella al verla.

Bailaron toda la noche hasta escuchar el tang-tang de las doce campanadas.

Cenicienta salió corriendo y perdió el zapatito de cristal en las escaleras del palacio.

Tanto buscaron  a la dueña que al final la encontraron en una casa donde atendió un joven que dijo que tenía dos hermanas ¡Una de ellas era Cenicienta!

Ella se probó el zapato y al ver que era ella le propuso matrimonio.

Se casaron y Roberto se fue a vivir junto a ellos al palacio, mientras las dos mujeres se quedaron solas y lo peor de todo ¡sin empleada!