lunes, 13 de junio de 2016


Alumnos de 5º año B  le dan un giro inesperado  al relato de 
Cenicienta



Al poco tiempo Lucilda al ver que tenía que hacer las tareas de la casa ella; obligó a su hija a tomar el lugar de Cenicienta.
Anastaia se dió cuenta de que su madre la despreciaba y maltrataba como a aquella muchacha, por lo que, decidió huir al bosque atravesándolo en busca de Cenicienta que se encontraba en el palacio real.
Cuando esta abrió la puerta del palacio, se encontrò con que era su hermanastra, quien le rogó que la dejara pasar; porque había huido de su casa.
Cenicienta amable como siempre le dice que sí, pero a cambio de una condición, que no maltratara a la gente como lo hacía con su madre.
Anastacia reconoció el mal que había provocado, principalmente a ella y decidió cambiar y ayudar a las personas que lo necesitaran.
Años después un amigo del príncipe Joaquín realiza un baile real al cual estaban invitados todos.
Al recordar Anastacia la historia de Cenicienta con el príncipe, pensó que podía tener una oportunidad y le pidió a su hermana que la ayude a arreglarse para el baile.

Cuando llegaron con Anastacia, el palacio quedó totalmente en silencio al ver que el príncipe Gerardo quedó mirando a aquella muchacha que también deslumbraba con su belleza.

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